sábado, 4 de diciembre de 2010

Controlar y descontrolar

En el caso de los controladores la cuestión tiene que ver con la justicia de los fines y también la de los medios. Podemos, además, aplicar un análiis de clase, sobre su papel en relación con la distribución de recursos; su ubicación en la escala social etc...incluso podemos evaluarlo desde otros criterios: han sido solidarios con otras acciones colectivas, por ejemplo la Huelga general??? la respuesta es no. ¿Están defendiendo la seguridad en los aeropuertos? podría ser, pero todo indica que esta es la excusa para defender sus prebendas y privilegios. Que, además, utilicen un recurso que, más allá, de su legalidad o no, deja tirados/secuestrados en los aeropuertos a centenares de miles de personas, es, simplemente, intolerable. Expresar solidaridad con estos fines y estos medios es dejarse omnibular por la palabra huelga. Pedir, a continuación, la dimisión de Zapatero es hacerle el caldo gordo al PP que es el único partido en condiciones de representar, con beneficio, esa demanda. La militarización, intolerable, inaceptable, pero a cada cual lo suyo.
Convertir cualquier acción en un monólogo antizapatero es, otra vez, subordinarse a la rancia derecha que, esa sí, aprovechará la ocasión para surfear sobre los análisis críticos desde diferentes perspectivas.
Criticar al PSOE desde una perspectiva de izquierdas es hacerlo como lo ha hecho Comisiones Obreras: vuelvan al trabajo, abórdense los problemas, búsquense soluciones...

lunes, 29 de noviembre de 2010

No es solo un giro a la derecha

Las elecciones catalanas tienen varios planos de lectura y varios escenarios de interpretación, por tanto. En el institucional, la contundente victoria de CiU y la estrepitosa derrota del PSC, la caída en picado de Esquerra y el ligero descenso de ICV-EUiA solo puede ser interpretado como la derrota del tripartito y un deseo de cambio que se confunde con el retorno de los de siempre. Llama la atención que dos de los socios del gobierno anterior hayan abjurado en vísperas electorales de una experiencia que no merecía ese final. En este punto hay una lectura fundamentalmente "catalana" de los resultados, es decir, estos se explican dentro de la dinámica electoral y del sistema de partidos de ese territorio.Parece claro que el factor fundamental que explica la desafección de la ciudadanía que confió en el tripartito ha radicado en la crisis económica, es decir, en el impacto de ésta y en la sensación de entrega del poder político frente a las incertidumbres de la situación. La izquierda en el gobierno no ha sabido disminuir la inseguridad que la crisis produce y, probablemente, haya alimentado el tópico de que la izquierda es buena para repartir, pero mala para acumular. Serio problema que remite a la autonomía de la política en tiempos de dominio omnimodo del mercado. Habrá otros factores que no pueden desconocerse: el fenómeno identitario; la sentencia del estatut etc, pero, los postelectorales decían del peso del fenómeno crisis antes del día de las elecciones. La cuestión clave para una política de izquierdas alternativa, hoy, es disputar la hegemonía a ese "sentido común" mayoritario que ha sido formateado por el neoliberalismo y que está siendo clave para codificar la crisis, y para neutralizar cualquier perspectiva de transformación y cambio en las actuales condiciones.
En este escenario institucional se plantean ahora varios escenarios posibles. El más plausible es el de un gobierno mayoritario y a la carta de CiU con apoyos puntuales en un arco de alianzas muy amplio que, prácticamente, excluye solo a ICV-EuiA y a Ciutadans.
ICV-EUiA tiene ahora un papelón como única oposición legitimida, desde la experiencia de gestión del tripartito y sus propias propuestas, para impugnar las políticas de CiU.
En un plano más general, estas elecciones confirman que los electores están castigando la gestión de la crisis de los gobiernos independientemente de su color: ningún gobierno se está librando de los castigos electorales más o menos leves o severos con los que se expresa el desasosiego de las poblaciones. Pero poco más. La retórica de la refundación del capitalismo se agostó tan pronto como las clases dominantes comprendieron que décadas de capitalismo salvaje habían desestructurado las resistencias y derrotado los discursos antisistémicos.
De hecho, se confirma, también, la ascendencia de partidos xenófobos y de extrema derecha que crecen a la sombra del giro copérnicano que el neoconservadurismo ha dado a la política en los últimos años. Esta es una razón para pensar que estas excrecencias políticas subsistirán de una u otra manera aunque no sean relevantes políticamente, al menos, de momento.
Pero, sin duda, ocupan un espacio político que retroalimenta a los voceros antidemocráticos que les alientan y protegen. Y producen un efecto más, presionan discursivamente sobre los partidos mayoritarios de centro-derecha que necesitan, ya, pocas justificaciones para decir obscenidades políticas.
La idea central serían entender que la representación política ha cambiado los moldes en los que se encorsetaba la dinámica del conflicto social hasta hace 20 años. Convendría que pensáramos con buen tino la razón por la cual los barrios obreros en Barcelona o en Madrid, votan mayoritariamente al PP.
En fin, hay una ventana de oportunidades en este escenario con apariencia de Mad Max. Los desastrosos efectos de la crisis no producen solo desesperación, incertidumbre y miedo. SIembran también la semilla del descontento, las ganas de rebeldía y abren interrogantes permanentemente que pueden ser reformulados desde una perspectiva claramente de izquierdas y transformadora. Pero hace falta una izquierda con atractivo, con capacidad de ofrecer, con veracidad, alternativas creíbles (no digo posibles, digo creíbles);liderazgos renovados y abiertos a los nuevos espacios de lo social crítico; que genere un nuevo mapa de conflictos sociales y de representación de los mismos y que se sacuda la pereza del obrerismo decimonónico. En fin, hace falta una izquierda con poca voluntad dogmática y mucha programática.
Leída la situación general -y lo de Catalunya como síntoma- en perspectiva histórica, estamos al borde de una situación de emergencia democrática. Las clases dominantes no pararán hasta ver desmantelado y en huesos el estado del bienestar, incluso el lánguido y enclenque nuestro. Habría que pensar todas las estrategias viables y posibles para sumar en el empeño de revertir la situación, desde lógicas de encuentro que no tienen porque dar como resultado engordar unas solas siglas o un solo partido. La inteligencia al servicio de la imaginación para estos duros momentos. En eso deberíamos estar.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Un cambio de gobierno para gestionar el corto plazo

La remodelación del gobierno ha sido más importante y más imprevista de lo imaginado. Cuando esperábamos un cambio en el Ministerio de Trabajo, lo que tenemos es una modificación con varios objetivos y una sola lectura.
Lo que no aparece es ninguna voluntad de sacar conclusiones respecto a la Huelga General, no al menos en la dirección de pensar que el gobierno pretendiera suavizar los elementos más indeseables y controvertidos del ajuste. Ni siquiera eso. La elección de Valeriano Gómez puede mejorar en algo la interlocución pero no parece que ese sea, precisamente, el problema fundamental.
Parece que el grueso de interpretaciones señalan la misma dirección: preparar las próximas elecciones generales, con varios escenarios simultáneos. En uno de ellos estaría la reelección de Zapatero, en otro la alternativa sería la de Rubalcaba, aunque no se desprecien otras opciones. Como es habitual en el presidente del gobierno aparecen varias alternativas simultáneas y no necesariamente compatibles. El premio a Trinidad Jiménez por su sacrificio en la comunidad de Madrid, puede tener repercusiones en política internacional. La gestión de Moratinos, por muy controvertida que pudiera resultar, ha significado un cambio radical respecto a la acción de anteriores gobiernos del PP, en particular en América Latina y muy singularmente en el caso cubano, por ejemplo. La elección de Rosa Aguilar, tiene lecturas tan obvias como groseras. Más allá de la competencia profesional de Rosa Aguilar la razón fundamental tiene que ver con el deseo de rascar más votos en el nicho electoral de IU y, por si acaso, intentar bloquear otras opciones en ese espacio. Es evidente que un gesto así merece una consideración, sin duda.
Lo fundamental es que es un cambio para consolidar el pacto con PNV y Coalición Canaria y, por lo tanto, es un gobierno para dar continuidad a las políticas ya decididas y para gestionar, a nivel partidario, el proceso hasta las próximas elecciones. No hay mucho que objetar a decisiones que están dentro de una descarnada lógica de poder, pero sí son una advertencia respecto a que el PSOE trata de ocupar, sin rubor, el espacio de confrontación con la derecha desde la izquierda. Una vez más, mostrando talante y solo eso. Razones de más para acelerar los procesos de articulación social y política de una izquierda con real voluntad de transformación social.

martes, 28 de septiembre de 2010

La Huelga General: oportunidades

La encuesta que mostraba Público el domingo día 26 de septiembre ponía de relieve datos que no por conocidos, o sospechados, resultan menos sorprendentes. LLama la atención que la misma mayoría que afirma que existen razones para acudir a la Huelga General, manifieste que no acudirá, fundamentalmente porque "no sirve para nada". Es un descrédito de la acción colectiva y de los actores que la encarnan que mueve a preocupación. Al menos debería mover a la izquierda social y política. Incluyo aquí a los mismos que desde el gobierno han hecho todo lo posible por hacer esta huelga inevitable. Esta anomia social creciente también les incumbe a ellos. También vivirán/sufrirán sus consecuencias.
Es un dato más de ese "fascismo social" creciente al que hacía referencia Boaventura de Sousa Santos hace algunos años y que ha avanzado de manera harto preocupante. El tsunami moral y cívico que están produciendo en nuestras sociedades décadas de hegemonía neoliberal amenaza seriamente la existencia misma de la democracia. He dicho la existencia misma y no la vitalidad o su dinamismo, estos aspectos hace tiempo que mal viven en lo que queda de las viejas instituciones representativas. La lógica de la mercantilización, de la privatización, de la despolitización de nuestra cotidianeidad y su correlato en un proceso de individuación con ribetes patológicos, es un ataque frontal a la libertad y al funcionamiento de nuestros sistemas democráticos. La derecha neocon y sus aliados mediáticos, empresariales y organizacionales defienden un modelo social para el que las ideas de control popular, participación política, consenso etc... son altamente sospechosas cuando no, abiertamente peligrosas. La misma Iglesia católica hace tiempo que se sumo gustosa a este cuestionamiento del modelo democrático en pro del respeto a supuestos derechos naturales de los cuales ella, y solo ella, es cabal protectora. La victoria de los candidatos del Tea Party en Estados Unidos en las primarias republicanas dice que el soufflé sigue elevándose. NO estamos ante una moda pasajera, ni ante hechos anecdóticos. Como he dicho en otro lugar, el berlusconismo es la normalidad política del sentido común neoconservador.
¿Y esto tiene algo que ver con la Huelga General? Creo que sí, y mucho. Participar en la Huelga general es un hecho político siempre, pero esta vez es una reivindicación política democrática de primera magnitud. No es solo, y ya sería suficiente, una denuncia de un proceso de deterioro sin límites de los derechos laborales tan fatigosamente conseguidos. Es, en esta ocasión, una reivindicación de una sociedad libre, abierta y participativa, frente a la inquina antidemocrática de la derecha más antidemocrática desde los tiempos del fascismo en el siglo pasado. La huelga general se convoca contra un gobierno presidido por Zapatero, a la sazón, secretario general del PSOE. Pero los motivos fundamentales de la Huelga son una bandera por la dignidad democrática y contra la hegemonía neoconservadora. No olvidemos esto. En la inevitable dimensión europea de este conflicto y sus oportunidades no deberíamos olvidar lo ocurrido recientemente en Suecia.
La HG, por otra parte, podría y debería abrir oportunidades de colaboración en la izquierda social y política que supere diques y barreras. Es tiempo de puentes y convergencias. Deberíamos ser capaces de trascender nuestros negociados, más grandes o pequeños, para inaugurar un momento de encuentro o reencuentro. No necesariamente, bajo unas mismas siglas. Menos aún bajo la forma partido más o menos travestida. Nos jugamos la pervivencia cultural y política de la izquierda. Es mucho, muchísimo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Oportunidades de crecimiento para la izquierda alternativa

Dice Ana Mato, a la sazón, vicesecretaria de organización del PP, que la encuesta del CIS publicada ayer revela un "clamor por el cambio". El dato que sustenta tan audaz comentario es el de la ventaja de seis puntos que el CIS atribuye al PP, la mayor en los últimos años. Efectivamente, no es poca cosa, pero el clamor por el cambio debería contrastarse con otros datos en la misma dirección y, de estos, más bien, nada de nada. El 55,5% de los encuestados califica como mala o muy mala la gestión del gobierno, pero es que el 60,9% califica como mala o muy mala la gestión de la oposición. Al 78,9% de los encuestados el presidente Zapatero les inspira poca o ninguna confianza. Pero Rajoy inspira poca o ninguna confianza al 84,6% de los encuestados. Los datos de voto+simpatía dejan la diferencia entre PP y PSOE en 1,5 puntos. El dato no es menor porque invierte la tendencia de las últimas encuestas y es la que permite explicar "la cocina" del CIS, otorgando al PP esos seis puntos de ventaja en estimación de voto. La pregunta sobre el voto oculto revela, sin embargo, algo conocido en sociología electoral, en las actuales circunstancias el voto oculto favorece al PSOE lo que indicaría que hay una reserva de voto que por vergüenza, castigo o cualquiera otra razón no se suma directamente al PSOE, aun cuando se inclinaría a votarle en las próximas elecciones.
La situación así vista es que el PSOE sufre la crisis pero el PP no la rentabiliza suficientemente y su liderazgo y su actividad de oposición lastran sus perspectivas de futuro. La lógica de la confrontación sin límites tiene un efecto movilizador muy importante en una parte sustancial de su electorado pero le impide crecer más allá de determinados límites. Todo parece indicar que sus dirigentes han optado por esta estrategia en el convencimiento de que se llevará el gato al agua quien, en las próximas elecciones, logre movilizar a su electorado. NO es un cálculo sin sentido, desde luego.
Visto en términos de discurso y estrategia, nos esperará por parte del PSOE una más de: "que viene el lobo" y vista la debilidad electoral de IU, puede pasar lo que en otras ocasiones, una transferencia de votos que operará como una sangría más en esta fuerza política.
Las noticias sobre autoposicionamiento y opciones hipotéticas de voto dicen lo que ya conocemos: IU no está hoy en condiciones de representar por sí sola el espacio de la izquierda a la izquierda de la socialdemocracia. Pero lejos de lo que parece obvio, no es una mala noticia. No lo es porque plantea la necesidad de ese proceso constituyente de la izquierda alternativa que, con ambición, cumpla el objetivo para el que fue pensado: tratar de acercarse electoralmente al espaco socio-político que reclama la presencia de una fuerza política de esas condiciones.
Es tiempo de ambición y no caben muchas excusas. Quedarse en la gestión timorata de lo que hay o transitar la refundación sin hacer ruído es perder oportunidades, muchas oportunidades. Habida cuenta, claro está, de que los datos dicen, como ya hemos repetido mil veces, que nuestro futuro a medio plazo no depende de giros discursivos ni reafirmaciones identitarias. El desafío está encima de la mesa. ¿Qué queremos hacer?

martes, 27 de abril de 2010

De manifestaciones, memorias y perspectivas

Las manifestaciones de este pasado fin de semana en el conjunto de España piden a gritos alguna reflexión, al menos un intento por compartir lo que vivimos y lo que pensamos que vivimos. La de Madrid fue espectacular, las casi 60 mil personas que daba el sistema de medición informatizado, y que reflejaban algunos medios, la convierte en una de las más multitudinarias de la comunidad de Madrid de los últimos años. No es poca cosa. La izquierda social y la izquierda política han mostrado capacidad de convocatoria y voluntad de ocupar de manera pacífica y festiva el espacio público.
Este primer aspecto no es menor y dice que hay un activo social con deseo de expresarse y reivindicar su condición de izquierda, si es que hay buenos motivos, buenas causas y buenas convocatorias.
Lo segundo interesante es que nadie en particular, puede arrogarse el éxito de la iniciativa, las medallas, de ser pertinentes, pueden atribuirse casi todas a lo social crítico que se ha movilizado desde que se conoció la indecente acusación contra Garzón. Las organizaciones de la memoria en primer lugar, el mundo de la cultura crítica en segundo lugar, el espacio académico que no se ha arrodillado después y otras tantas organizaciones sociales de diferente pelo, por útlimo, han sido los auténticos protagonistas de este movimiento de respuesta. La izquierda política ha respondido con desigual intensidad, algunos porque tienen alguna de sus manos y piernas metidas en el entuerto contra las consecuencias políticas de la Memoria, alguna otra, porque hace tiempo que anda buscándose las costuras y preguntándose a cada paso, si es bueno o no bailar la música que se va tocando.
Esta dimensión protagonista de lo social tiene mucha importancia para una perspectiva alternativa. O debería tenerla. Pero parece que hay gentes, -sí, sí, no es broma-, dentro de este espacio de la izquierda no socialdemócrata que considera que es mejor mirar para otro lado y no mover demasiado el cotarro, bajo el impresionante argumento de que estas movilizaciones son funcionales a la agenda electoral del PSOE. Resulta tan patético que me da un poco de vergüenza publicarlo aquí, pero no decirlo sería faltar a la verdad sobre lo que está ocurriendo.
Bueno, la tercera cosa, es que la agenda de la Memoria, -como muy bien ha intuído el PP- es una agenda "radical", es decir, es una agenda con temáticas que subvierten el pantano de corrección política fruto de la santa transición.
Aunque considero que hay más temas concernidos en el encuentro del sábado, sería necio no valorar lo que de impugnación de la transición tiene esta movilización social crítica.
En fin, la cuarta cosa haría referencia a las perspectivas: sería bueno darle dos vueltas a lo que podría promocionarse como movimiento social a partir de esto. Mi impresión es que, esta suma de temas complementarios, podría abrigar un espacio de democracia avanzada o de reforma democrática o de renovación democrática en el que confluyesen temas como la memoria; la lucha contra la corrupción y por la dignificación del espacio público; la reforma de la constitución en una dirección republicana (en sentido amplio); la reforma electoral etc...
Bueno, hay que pensar...

lunes, 15 de febrero de 2010

Pensando en Alternativas

Os adjunto link con artículo aparecido ayer en Sin Permiso, como siempre, se agradecen comentarios, incluso críticos, no os creais...

abrazos

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3088

jueves, 14 de enero de 2010

El problema es la justicia

Ayer a las 11 de la noche la sensación era de un estupor total: una jueza había impuesto una fianza de un millón de euros a Manuel Fuentes, alcalde de Seseña, y le obligaba, para más escarnio, a reunir la cantidad en el plazo de un día. Parecía una noticia imposible, de esas que, simplemente no puedes creerte que pasen. Por un momento -no soporté más de un momento- me puse en la piel de Manuel y me entró un vértigo lleno de temor: ¿cómo era posible que una querella por calumnia se convirtiera en un castigo de una desmesura inaudita, perpetrada por quien está llamada por nuestra constitución a obrar con justicia? El hecho de que esta mañana la misma jueza reconociera un supuesto error y rebajará la fianza a 10 mil euros, aumenta su estulticia y mal hacer. Qué lamentable!! Pero no es la única actuación en el ámbito de la justicia que nos llama a interrogarnos, seriamente, sobre en manos de quien estamos exactamente, en lo que a la protección de nuestros derechos se refiere. Pensemos, por comparar, en lo que ha ocurrido en Valencia con el caso Gürtel, o en la increible admisión a trámite de querellas presentadas por organizaciones fascistas contra el juez Baltasar Garzón por mostrarse competente en el asunto de la memoria histórica. Parece un mal sueño y sin embargo pasa y seguirá pasando en nuestro país.
Descubrimos ahora que el residuo fascistizante de nuestra transición está parasitando un estamento trascendental para la calidad de nuestra democracia: la justicia. Así como en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado se ha obrado un cambio significativo que debe ser reconocido, en la justicia sigue campando una condición reaccionaria que asusta y pervierte el estado de derecho. Es imprescindible reflexionar sobre nuestras prioridades: mientras la justicia siga así, la derecha, la caverna, la reacción tendrán siempre un parapeto para contener las lógicas de cambio y modernización en nuestras sociedades.
Pongámonos a pensar como demonios cambiamos esto para evitar que pase y que pueda seguir pasando en el futuro próximo.
Y ahora, no solo solidaridad con Manuel Fuentes que la merece, sino un llamamiento a la sociedad civil crítica de este país para que hagamos algo que merezca la pena y ponga las cosas en su sitio.